NINFÓMANA

Las 6:00 PM — La Transformación

El reloj marca las seis de la tarde. La pantalla de mi computadora en la oficina se apaga con un suspiro electrónico, liberándome de mi yo diurno. En minutos, cruzaré el umbral de mi apartamento y comenzará el ritual que, de lunes a viernes, convierte a la oficinista discreta en Anahí: una criatura de tacones afilados, piel de satén negro y miradas que prometen pecados sin nombre.

El Baño: Preludio de la Noche

El agua caliente desliza sobre mi piel como una caricia preliminar. Mientras el jabón resbala entre mis muslos, mis dedos trazan círculos lentos, dibujando fantasías que pronto dejarán de ser solo mías. Cierro los ojos y la adrenalina ya pulsa en mis venas. No es solo excitación; es el poder de saber que, dentro de horas, seré el centro de un juego donde las reglas las escribo yo.

El Vestuario: Armadura de Seducción

El bolso negro. El vestido que se ciñe a mis curvas como una segunda piel. Los tacones que añaden centímetros a mi estatura (1.57 m de audacia, para ser exacta). Cada prenda es una pieza del rompecabezas que completa a Anahí: joven, segura, irresistible.

La Cita: Un Hombre de 51 Años y Sus Secretos

Hoy es especial. Lo espero con esa mezcla de anticipación y nostalgia que solo provocan los amantes que conocen tu cuerpo mejor que tu psicólogo. Él llega puntual, como siempre, con un regalo envuelto en papel de seda y veinte años de matrimonio a cuestas. Su boca sabe mentir a su esposa pero no a mí: cuando me besa, sus labios tiemblan de sinceridad.

El Recuerdo: La Primera Vez (3 de Enero, Hotel Patriotismo)

Casi huyo. Aquel día, las dudas me clavaban los talones al suelo del ascensor. "¿Y si me arrepiento? ¿Y si me lastima?". Pero entonces abrió la puerta: 39 años, manos grandes que olían a tabaco caro, y una sonrisa que no pedía disculpas por lo que deseaba. Fue él quien me enseñó que el placer puede ser una transacción sin culpa. Nunca volvió a llamar. Aún busco su sombra en otros clientes.

El Origen: Antes de que el Dinero Existiera

Todo empezó con una pregunta adolescente: ¿Por qué ellos pueden y yo no? A los 18, descubrí que mi cuerpo era un imán. A los 19, que podía ser arte y mercancía al mismo tiempo. Grabarme era mi forma de reescribir el poder: yo decidía quién me veía, cómo, cuándo. Hasta que mi novio encontró esos videos. Su carta de despedida aún conserva la mancha de una lágrima que no fue mía.

La Encrucijada: Dinero vs. Placer

"¿Escort?", repetí cuando mi amiga lo dijo. La palabra sonaba a perfume caro y sábanas de hotel. Ella me ofreció el primer cliente: "Si no vas tú, irá otra". Fui. Y descubrí que el dinero no era lo más adictivo; era la libertad de elegir sin amar.

El Final (O El Comienzo)

El taxi se detiene. Afuera, un letrero de neón parpadea como un guiño cómplice. Anahí respira hondo y sonríe. Soy ella, pero también la chica que escribe esta historia en voz baja. Tal vez algún día ambas encuentren a alguien que las quiera completas, sin escondites.

O tal vez no. Por ahora, basta con la noche y sus promesas.

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JAULA DE AVES